La que busca, siempre encuentra (Luz Eliana, Valdivia)

Militancia de vida

Brenda Quezada

Recoleta

Brenda es recoletana de tomo y lomo. Estudió diseño y confección en el Liceo Técnico y después hizo un curso de podología. Siempre quiso trabajar en salud y hace unos meses su sueño se ha hecho realidad pues trabaja en la Oficina de Información Reclamos, Sugerencias y Felicitaciones en el Centro de Salud Familiar Recoleta.

Su trabajo le permite ayudar a los vecinos a conocer sus derechos y deberes, a recibir un trato digno, justo y también a que se respeten los plazos de espera y las garantías que ofrece nuestro sistema de salud.

Brenda siempre ha tenido vocación de servicio y una mirada crítica a lo despiadado de nuestro sistema, por eso con el tiempo se ha ido empoderando, teniendo cada vez un rol más activo destinado a incidir en el destino de nuestro país.

Cuando Chile despertó luego de años de aguantar una democracia laxa e indolente con el padecimiento del pueblo, Brenda colaboró activamente en la Brigada de Salud Gladys Marín, llevando apoyo a los jóvenes que no soltaban las calles para exigir cambios profundos ante una clase política que solo se dedicó administrar la herencia de la dictadura plasmada en una Constitución que garantizaba la desigualdad estructural de un país en donde el esfuerzo de los más sencillos estaba siempre condenado a la pobreza.

En el fragor de estos años ha visto a su hija crecer, quien está a punto de titularse de ingeniera civil hidráulica. Brenda espera que ese orgullo de mamá lo puedan sentir todas las madres, por eso lucha activando su trabajo como dirigente en su Junta de Vecinos y también en su partido político.

Para ella la política da sentido de vida, permite desarrollarse como ser humano unido con otras y otros. Forjar el nosotros tiene valor público, pues solo así se garantiza una democracia más profunda.

Su estatura es pequeña, pero su corazón es grande. Ese latido maternal, le permitió abrir sus brazos a un nuevo hijo adoptivo hace unos años y acogerlo como tal. Tengo una hija y un hijo, dice llena de orgullo.

La sonrisa de Brenda es contagiosa y sus palabras convocantes nos alientan a militar por nuestros sueños como ella lo ha hecho durante años, recorriendo Chile y en una comuna llamada Recoleta.